domingo, 8 de junio de 2014

A mi lo que me jode es la tontería

Querido Baley,


Es cierto que uno de los apostolados de la filosofía, de los pensadores, es la creación de conceptos, aunque la siguiente afirmación de Sir Bobby Mandalay le sitúe un paso más cerca de la biología: el español medio tiene malos genes.
Y no crea que intento con esto que sigue emular razonamientos tan perspicaces o diseccionar etiologías por otra parte conocidas, pero sí poner el acento a una de sus manifestaciones: el oportunismo.

Efectivamente le hablo de la disquisición que por estas fechas entretiene las almas torturadas de la República y su derecho, el de sus cojones, a un referéndum consultivo acerca de la forma política del Estado.

Fíjese que hasta hace un par de semanas el debate era una balsa de aceite. Incluso lo fue durante las elecciones europeas, en las que el número de escaños de las candidaturas republicanas fue cero, e incluso si me apura, en cualquiera de las elecciones a Cortes Generales desde que la democracia lo es.
Ciertamente cualquier podría aducir que las elecciones europeas no son el foro adecuado a tal pretensión, y que las mismas responden a otros propósitos, y que en todo caso, IU y Podemos (el PSOE es desde hace tiempo lo mismo que el PP), que son partidos con un núcleo republicano, obtuvieron sendos escaños.
No cuela  pero voy a pasarlo. Lo interesante entonces es preguntarse cómo es que en el caso de las elecciones generales, que se me antojan como una tribuna muy apropiada,  IU no ha movido ni un puto dedo en tal sentido desde 1978. 
Se lo digo: por una mera razón de oportunismo, por que no contaban con el desarrollo de los acontecimientos, con la publicidad que da a una reclamación como la suya la deriva de una abdicación, porque la elaboración, desarrollo y defensa a palo seco de dicha pretensión consultiva, sin la corriente a favor de esa deriva, se les hacía (¿hará?) muy cuesta arriba, y no había huevos.

Pero lo más grave no es eso. Lo más grave es la demagogia de sus intenciones, cuando conocen perfectamente el procedimiento para instar dicha consulta.
No se confunda, no me refiero a la reforma agravada de la Constitución, que supondría de hecho, un acuerdo para la adopción de una forma política distinta a la Monarquía Parlamentaria. 
Me refiero a quien y bajo qué circunstancias puede instar dicho referéndum: el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno, y tras la autorización, léase acuerdo, de las Cortes. 
Y por eso lo de la demagogia. Por que saben de sobra que mientras PP y PSOE sigan siendo las caras de una misma moneda, sólo les queda convertirse en una fuerza política lo suficientemente representada, cosa que en caso de IU es un chiste malo que dura 36 años, o, por si no se ha reído suficiente, acceder a la presidencia del Gobierno.
Pero eso, hoy por hoy, no ocurre. Y de ahí que tengan que aprovechar la única oportunidad que han tenido en este tiempo.

Pero esto no es lo peor. Lo peor es que la palabra democracia, y me refiero sólo a la palabra, se ha hecho tan grande en boca de algunos que parece que todo lo que no pueda ser elegido en las urnas, es malo. 
No me mal interprete, soy tan hijo de la democracia como enemigo de sus contrarios, pero al igual que Churchill en su día, creo que la democracia es el peor de los sistemas, a excepción, por supuesto, del resto.
Y qué quiere que le diga, ni yo ni usted pudimos elegir nuestros padres, y no se nos ocurrió pensar por ello que estábamos oprimidos, ni si quiera cuando compraron aquel felpudo para la puerta de la entrada, que nos recordaba día tras día y ahora cada vez que comemos con ellos los domingos, que una polla, que aquella no era ni es una república democrática doméstica.
Además tampoco hemos podido elegir a nuestro jefe, y en la mayoría de casos tampoco nuestros compañeros de trabajo, pero no somos tan capullos de instar una sugerencia al respecto de si los queremos o no.
Y si, todo esto último es una demagogia con la que torpemente intento ejemplificar que hay muchas cosas que nos son dadas, que estaban, están y seguirán estando sin nosotros, y que tampoco es para ponerse así. ¿O acaso sería sensato enmendar la plana a la propia vida, por que desde que conocieron  a aquella  persona su vida es toda primavera y quieren que así continúe ad eternum, sobre su corazón, pero también sobre la tierra y para todos, desterrando unos inviernos sobre los que nadie les pidió opinión? Si, ya sé, más demagogia.

Pero a pesar de lo dicho, lo peor está por venir.
Lo peor es pensar si esta masa republicana que por hoy se manifiesta de tan diversas formas es, o muy lista, o muy tonta, en ambos casos al respecto de lo que supone una República. Y pensar lo primero es escalofriante. Por que un presidente de una República no sólo desarrolla las mismas funciones institucionales de un Rey, y la presidencia de una República no sólo iba a generar el mismo o parecido gasto, si no que, y esto es lo importante, iba a estar servida por la misma clase política que está desangrando este país. Pero está visto que el consuelo de elegir quien va a darte por el culo se la pone gorda a unos, les moja las bragas a otras.
Y la solución, querido Baley, no pasa por una u otra forma política de Estado, si no por que todos aquellos que sacan a paseo la bandera Republicana en cualquier ocasión que se tercie, con independencia de cual sea el motivo de la manifestación, hasta incluso en el cumpleaños de sus hijos, porque todos esos que hoy 8 de Junio de 2014 unían con una cadena humana Navarra y el País Vasco, se den cuenta de una puta vez de quien es el enemigo de verdad, y de que con sus votos, si, con sus votos, lo único que hacen es perpetuar privilegios como las dietas desaforadas, los coches oficiales, las pensiones vitalicias, etc.
Así que a salvo un eventual debate sobre la toma de la Bastilla, ¿que le parece una tercera vía, ni para unos ni para otros? Quiero decir, ¿por qué si no es Monarquía ha de ser República o viceversa? ¿Y que tal un Estado Parlamentario, sin más, con sus Cortes elegidas democráticamente pero sin figura simbólica alguna como un Rey o Presidente de la República?
A eso, si que me apunto. Para el resto, me pilla usted liadísimo.


Sin otro particular


Casey Rossfield

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