martes, 17 de febrero de 2015

Ser o no ser

Querido Lord Baley:


Me temo que no somos nadie. Ni muertos, excepción hecha del recuerdo que perpetuará al menos nuestros casi masivos mausoleos, ni mucho menos en vida, al menos aquellos sobre los que la corrección política ha encontrado la optimización de su estupidez en el patrocinio de mantras de un uso tan abusivo, aburrido,  cotidiano y generalizado, que queman sin el menor esfuerzo las etapas de un plan maestro para el sometimiento de la voluntad, cualquier idea que reniegue de la norma, y sujete al sujeto como parte del rebaño. 

Porque querido Baley, usted no es nadie para decirle nada a nadie, slogan por otra parte curioso en una sociedad como la española, en la que no nos engañemos, el deporte nacional no es el fútbol, si no querer saber y opinar de las vidas de quien no se conoce mas que por lo que se vende en tv. o prensa, pero que luego se cohíbe con quienes guardan una relación de confianza,  respecto a aquellos frente a quienes están legitimados, o simplemente a la hora de inquirir sus ideas o propuestas, no vaya a ser claro esta, se moleste a alguien, sobre todo en estos tiempos en los que siempre hay quien se molesta por algo, no vaya a ser que digamos lo que no quiere oírse, o corramos el riesgo de desviarnos un jodido milímetro del discurso aceptado según el caso, auque nadie mejor que usted sabe que la oratoria, al contrario que las matemáticas, no es una ciencia exacta, y ni mucho menos una ciencia.

Ahora imagine por un instante que es usted un ex ministro de la anterior etapa socialista al que la ejecutiva de P.S.M. ofertara encabezar las listas a la C.A.M.  en las próximas elecciones autonómicas. Usted no es afiliado al partido así que no esta sometido a la disciplina del mismo, pero aun así, y en respuesta a una información de El Mundo en el que supuestamente usted afirmó una eventual aceptación del cargo bajo la imposición de ciertas condiciones, y al margen de la veracidad o no de la noticia, responde que no es usted nadie para gravar a la gestora del  P.S.M. con dichos términos, usted que es precisamente quien va a cargar con el marrón de una designación fraudulenta, y que está a mil jodidas millas del proceso democrático de elección con el que el partido lleva chupándose la polla desde hace tiempo.
Dígame entonces señor Angel Gabilondo, si no es usted nadie para determinar sus circunstancias como mercenario, quien cojones tiene dicha potestad.

Pero mas cercano es el ejemplo de esos amigos que después de 25 años de amistad, sorteando toda clase de avatares, en lo humano (bodas) y en lo divino (divorcios), no consideran,  aun cuando sea esto que solo  saben para si cada uno de ellos, tener el mas mínimo derecho a recomendarse entre si la solución a los dramas mas extraordinarios o incluso aquellos de andar por casa con la bata de seda de tío Hugh, sino solo el consuelo del uno al otro y viceversa.
Pues estamos jodidos Lord Baley, porque si después de tanto tiempo no creen ser validos para decir a su colega lo que tiene o podría hacer, incluso lo que no, sin que ello implique en su caso mas que una ligera contrariedad, entones es que la amistad que los une no es tal, o incluso peor.

Y si me pregunta, le diré que el problema esta en el respeto, instaurado como caudillo, como fürer, como duche, como líder supremo de la corrección política y su dictadura, en un momento en el que todo es objeto de deferencia por si y porque sí, sin que quepa plantearse argumento en contra; un momento en que por sistema siempre hay alguna opinión, algún gesto, algún chiste que ofende hasta el  colectivo mas ridículo. Pero le diré una cosa Lord Baley: ni todo se merece ser respetado, ni ofende el que quiere, si no el que puede.
Pero claro, es infinitamente mas cómodo echarse a un lado, comulgar con la norma, mantener un perfil medio, dejar que el tiempo resuelva las cosas o ponga a cada cual en su sitio, que mas da, mientras se acepta la placida resignación de no ser nadie para nada.


Sin otro particular


Casey Rossfield